domingo, 7 de abril de 2013

Recordando a Arnaldo Momigliano



 

Aquí yace Arnaldo Dante Momigliano (1908-1987) profesor de historia antigua en las universidades de Turín, Londres, Chicago y de la Escuela Normal Superior de Pisa. Su credo fue el pensamiento libre sin dogma ni odio, pero amó con cariño filial la tradición judía de sus mayores, y desea que junto a él sean recordados también aquí sus padres, Riccardo e Ilda Momigliano, que el mes de noviembre de 1943 en Alemania cayeron asesinados por la sinrazón del odio racial


Este es el epitafio que el gran sabio italiano redactó para sí mismo, contiene todo aquello por lo que quería que fuera recordado: historiador, judío, italiano pero de vocación universal, amante de la paz y la libertad. Sin duda uno de los historiadores más relevantes de nuestro tiempo, Arnaldo Dante Momigliano vino al mundo en una familia burguesa, afincada en el Piamonte, liberal aunque de hondas convicciones religiosas dentro de la fe judía. Entró en la universidad de Turín con el fin de estudiar filología clásica e historia, allí recibió la influencia del idealismo de Croce y Gentile, pero también de Gaetano de Sanctis. No tardó en tener su propia plaza para enseñar historia de Roma, su carrera comenzó a brillar con luz propia y con sólo 26 años había publicado ya tres monografías de importancia sobre la revuelta de los Macabeos, acerca  del emperador Claudio y sobre Filipo de Macedonia. Su carrera pudo haberse visto interrumpida por el agravamiento de la situación política en la Italia fascista, hubo de emigrar a Inglaterra en 1939, pero amigos y familiares no tuvieron tanta suerte, sus propios padres fueron arrestados para ser llevados a un campo de concentración, donde murieron. En Inglaterra hubo de comenzar una nueva carrera, en 1947 se hizo profesor para historia antigua en Bristol, y poco después fue llamado a Londres donde permaneció  hasta su retiro en 1975.


 


La prestigiosa editorial WBG-Darmstadt ha tenido ahora la feliz iniciativa de publicar en traducción alemana una modélica edición de tres tomos con una selección de sus Contributi alla storia degli Studio classici (originariamente publicados en doce volúmenes) más importantes y representativos. En el primer tomo, Die Alte Welt, editado por Wilfried Nippel, se recogen los trabajos más importantes escritos por nuestro autor sobre mundo antiguo. En esta primera recopilación se advierte continuidad y coherencia con las tres primeras monografías de Momigliano arriba citadas. El autor se centra en las concepciones histórico-filosóficas, seguramente por una temprana influencia de Benedetto Croce que ya era evidente en Italia antes de su exilio y lo continuó siendo después. Si bien entonces en el Reino Unido era patente el interés por los enfoques tradicionales de la historia (guerra, política o instituciones), Arnaldo Momigliano centraba por el contrario su atención en ensayos sobre la influencia de los contactos orientales con el imperio persa, como en su estudio sobre el historiador Ctesias, o los contactos culturales entre griegos, romanos, celtas, judíos y persas, o cómo la cristianización del mundo clásico influyó sobre la historiografía.

El tomo II, Spätantike und Spätaufklärung, editado por Anthony Grafton, recoge las contribuciones que Momigliano realizó sobre Antigüedad Tardía, la cultura del Renacimiento o la Ilustración sin ser propiamente especialista en estos campos. Principalmente le interesaba la tradición historiográfica, así como las obras de los historiadores de finales del XVIII y principios del XIX sobre los cuales había influido tanto un hecho como el de la revolución francesa, aquí se hace patente su atención por Montesquieu, Voltaire, Bossuet, Tillemont, Vico y Gibbon. Resulta evidente el interés del historiador italiano por la historiografía, como ser aprecia finalmente en el tomo III Die moderne Geschichtsschreibung der Alten Welt, editado por Glenn W. Most, aborda las aportaciones de Momigliano sobre el pensamiento histórico desde principios del siglo XIX hasta finales del siglo XX, abordando cuestiones relativas al romanticismo, Max Weber o Moses Finley.  Estos trabajos son de un valor excepcional y representan las últimas preocupaciones del autor, pues fueron escritos después de 1970.

Como historiador, Momigliano desarrolló una elevada concepción del mundo, ya en sus clases de Turín hablaba del ideal de paz en el mundo antiguo y pensaba en el problema clásico de la libertad de la libertad antigua y moderna. En sus escritos más tempranos se revela como un auténtico maestro en el método histórico y filológico, gran lector y conocedor de todos los aspectos del mundo antiguo. Al mismo tiempo desarrolló una concepción según la cual historia e historiografía eran inseparables desde el punto de vista del conocimiento. Momigliano se impuso una labor eminentemente interdisciplinar, el campo de estudio que se había trazado abarcaba el judaísmo antiguo, el mundo clásico, la orientalística, la arqueología, la filología, la historia. Arnaldo Momigliano nunca se preocupó por desarrollar una historia de síntesis, o por escribir una monografía, si se quiere ver cuál es el mensaje de su obra habrá que acudir a los doce tomos de sus Contributi alla storia degli Studio classici que empezó a publicar desde 1955, de los cuales la obra que reseñamos ha ofrecido una selección de los más importantes. La actual tendencia hacia una especialización carente de mayores perspectivas y un mal entendido espíritu positivista hacen que en ciertos ámbitos la obra de Momigliano pueda considerarse excesivamente idealista (cuando no ideológica), culturalista o simplemente diletante, pero todo ello no hace sino justificar sobradamente las razones por las cuales se ha ofrecido esta selección de los Contributti a los nuevos lectores e historiadores del siglo XXI.



Arnaldo Momigliano, Geschichte und Geschichtsschreibung. Ausgewählte Schriften, 3 volúmenes, edición a cargo de Glenn W. Most, con la colaboración de Wilfried Nippel y Anthony Grafton, WBG, Darmstadt 2011, ISBN 978-3-534-24677-9