A la muerte de Santiago Fernández
Ardanaz
His life was gentle, and the elements
So mixed in him that Nature might stand up
And say to all the world, ‘This was a man!’
Tras una jornada de extenuante
calor del mes julio de 2015, a pocos días de celebrar su onomástica, acompañado
por su mujer y sus dos hijas, presente constantemente en la memoria de sus
amigos a algunos de los cuales incluso había recibido y con quienes solía
conferenciar horas enteras hasta que el agravamiento de su estado lo impidiera,
extenuado en la cama de un hospital de Alicante por una enfermedad contra la
que no podía ganar y ante la que no hizo la menor concesión, con la serenidad
de un sabio, Santiago Fernández Ardanaz moría.
“Moría”, no obstante, resulta una
expresión demasiado pobre, desafortunada e inexacta; los hombres como Santiago
Fernández Ardanaz no pueden morir y su descenso al más oscuro de los valles es
solo aparente. Una aproximación más detallada a su extensa obra permitirá en el
futuro a los especialistas establecer y valorar cuáles fueron las innegables aportaciones
que hizo al periodismo, a la historia de las religiones y a la antropología
desde perspectivas complementarias no siempre justamente valoradas por un mundo
académico de eruditos monódicos que no suelen entender de polifonías; pero
basta con una mirada superficial a su trayectoria vital para ver que fue un
hombre que en su camino dejó un legado de cariño y amistad entre quienes le
conocieron, al tiempo que sentó las bases para el desarrollo moderno de los
estudios de Periodismo y de Antropología en Murcia y Alicante. Era una persona
con la mirada elevada, un hombre de espíritu que nunca se aisló en la torre de
marfil de sus pensamientos ni se escudó detrás de los libros. Buscó siempre el
camino de la rectitud y llevar a cabo sus ideas pensando en el bien de todos y
la máxima colaboración con todos. Fue constante, fue fiel a sus valores; en un
mundo de astros móviles y meteoros brillantes pero fugaces, se parecía a la
estrella polar, fija en la bóveda celeste.
Aunque confiaba siempre y no
temía ningún poder de este mundo, el éxito no le sonrió en momentos decisivos; de
hecho cosechó amargas decepciones y derrotas en las que su nombre intachable surgía
pese a todo con la reputación que da siempre la honradez derrotada en lucha
desigual; porque en el mundo en el que la educación y la cultura se han
convertido en negocio de mercaderes y muchos se someten únicamente a los
dictados de la rentabilidad económica, una visión de la vida como la de
Santiago Fernández Ardanaz, tenía muchas dificultades para salir indemne.
Por
ello no deja de ser significativo que en sus últimos días orientara su interés
a El Quijote y al concepto cervantino
de libertad. Quizá algún día vean la luz como libro las líneas que
trabajosamente vertió a mano sobre el paciente papel durante los días de su
convalecencia.
Quizá no sea casualidad que en el ocaso de su vida volviera a
Cervantes, que era también un pensador completo, difícil de constreñir a un
género concreto y que era el más moderno de sus contemporáneos. Había muchos
aspectos cervantinos en Santiago Fernández Ardanaz, él mismo era un caballero de la triste figura que se
había enfrentado a gigantes, un apóstol y un amigo de la humanidad, incapaz de
odiar a nadie, con una fe inquebrantable en la dignidad de las personas, y que
tenía esa nobleza innata de quien de verdad es hijo de sus obras.
En su hermosa casa de Alicante,
estando muy enfermo, acompañado cada instante por su mujer, siempre que podía
cultivaba su huerto tanto como cultivaba la amistad recibiendo a sus próximos,
y así supo ir separándose poco a poco de un mundo al que amaba. Al final no
digamos que nos ha abandonado aunque su nombre esté entre los difuntos, pues
quedan sus obras, su magisterio, su recuerdo y la imagen de su vida; no digamos
que nos ha abandonado, pues aquí no sirven las expresiones corrientemente
aplicadas a otro cualquiera, sino tan solo digamos que nos ha precedido a otro
lugar de aguas tranquilas y verdes praderas.
http://esquelas.laverdad.es/esquela/dr-don-santiago-fernandez-ardanaz-15733.html
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http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=123664
http://gacetareligiosa.blogspot.com.es/2015/07/en-recuerdo-de-santiago-fernandez.html
http://revistas.um.es/rmu
http://ababol.laverdad.es/literatura/6205-tras-el-espiritude-cervantes
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